INTRODUCCIÓN
A lo largo de la carrera del Profesorado en Artes Visuales se tienen diversos acercamientos a los componentes formales del arte através de los distintos talleres y Lenguajes Visuales. Durante las cursadas los alumnos experimentan con varias técnicas y materiales así como también aprenden los distintos componentes del lenguaje visual ( punto, linea, forma, color, composición,etc.). Sin embargo, no se plantean profundamente las problemáticas que existen entre mensaje, técnica y soporte, es decir, problemáticas estructurales. Conocer la estructura de un objeto (que puede ir desde un objeto industrial hasta una instalación, por ejemplo )significa conocer sus componentes y la interacción entre los mismos. Este conocimiento es de vital importancia para poder generar cambios significativos que sirvan para superar obstáculos epistemológicos1 propios de práctica creativa. La disciplina encargada de esto es la Morfología.
La Morfología es la disciplina que estudia la generación y las propiedades de la forma. Distintos campos de acción suelen hacer referencia a la misma desde diversos puntos de vista(Lingüistica, Biología y Diseño) pero todos convergen en una idea general: la importancia de una estructra. La evidenciación y generación de estructuras es aquello que vuelve fundamental al estudio de la forma en el aprendizaje y posterior sistema de trabajo de un docente de Arte.
En la educación artística es indispensable el estudio sobre las formas ya que la producción, percepción y contextualización de mismas son los componentes que hacen de las Artes (Visuales en nuestro caso) un cuerpo de conocimiento específico. Sin embargo, es de vital importancia el enfoque que se le dá a esta desde el punto de vista filosófico. En cuanto a la Morfología en particular, las propuestas deben tener una impronta heurística, es decir orientada a la resolución de problemas en base a la creatividad y al pensamiento divergente , si se quiere hacer de esta materia un espacio significativo en la formación del alumno.
La adquisición de nuevas estrategías de trabajo que fomenten: el desarrollo de la capacidad de abstracción, generalización y modelización de lo percibido; la concepción del arte como un sistema de conocimiento complejo; la diversidad de soluciones frente a la correcta delimitación de un problema y la ampliación del lenguaje visual propio de cada estudiante son parte de los aportes que brinda la Morfología.
MARCO TEÓRICO
La Morfología tiene una estrecha relación con el diseño. Según Scott, “Diseñar es un acto humano fundamental”2. Se diseña siempre que se actúa de forma pensante para ejecutar algo con algún motivo preestablecido. El diseño suele aplicarse desde el planteo de una cena hasta la construcción de un parque de diversiones. Las decisiones que se toman durante el proceso terminan conformando el resultado final. Por ende podemos decir que La forma es el resultado de una suma de decisiones.
La suma de decisiones (materiales, conceptuales y técnicas) alrededor de un objeto determinan su estructura. Es alrededor del análisis de la misma en donde se centra el campo de acción de la Morfología. Desde el punto de vista de las Artes Visuales3, el estudio de la forma4 poseé tres niveles o capas a los cuales referirse:
-La Forma del producto visual como objeto.
-La Forma del contenido del producto visual
-La Forma del espacio que alberga al producto visual
Es alrededor de estos niveles en donde se centra el trabajo morfológico, operando de maneras particulares en cada uno, mediante acciones compositivas, trabajos de edición y montaje.
Desde el punto de vista de la didáctica, la enseñanza y sobre todo en el Nivel Superior, debe abordarse inicialmente desde una perspectiva situada, en un tiempo y espacio específico. Para esto es necesario identificar las estructuras que se desarrollan tanto en la práctica artística y sus problemas, tanto técnicos como semánticos. Desde un principio se debe enseñar a categorizar, estableciendo analogías y metáforas de manera tal que se pueda distinguir lo accesorio de lo central; y se comience a abrir un espacio para la reflexión. Debe fomentarse la diversidad5 (tanto desde la mirada como de la producción) frente a una misma problemática, promoviendo la interacción, la subjetividad y el respeto a las diferencias de pensamiento.
Las prácticas educativas ( y particulamente de materias que tratan al lenguaje visual) deben favorecer la cognición, más allá del almacenamiento de nueva información, intentando que los alumnos puedan “pensar y conocer cada vez más y mejor”6. Debe apreciarse que el conocimiento no solo reside en la palabra escrita sino que se genera desde los distintos sistemas de representación. Esto nos lleva a concebir las producciones visuales como fuentes de conocimiento en sí. La retórica visual es una de las herramientas de análisis de imagen que puede ayudar a la interpretación de producciones artísticas desde lo formal. Suele utilizarse “cuando se quiere emplear ciertos elementos de la comunicación visual para transmitir un sentido distinto del que propiamente les corresponde, existiéndo entre el sentido figurado y el propio alguna semenjanza desde donde establecer una referencia”7. Funciona como otro punto de vista respecto al objeto que ayuda a complejizarlo.
